El sociólogo Xabier Barandiaran desgranó ayer en el batzoki las claves del momento económico y político actuales, en una charla que conto con una gran asistencia de afiliados y afiliadas. En su análisis, Barandiaran dibujó un escenario global, en el que el campo de juego en el que se compite es “el mundo entero”. Por eso subrayó la importancia que tiene “poder tomar decisiones aquí en Euskadi” para ser competitivos y fomentar la internacionalización: “Un pueblo avanza si su economía lo hace y es capaz de crear una marca propia”.
Señaló que la estrategia de la izquierda abertzale “lleva a este país hacia el abismo”. Hasta ahora han sido antisistema y una vez en las instituciones no han sabido desarrollar un modelo de gestión sostenible”. Fente a ello reivindicó el modelo del PNV, que opina entronca con el del país: “Nosotros tenemos un modelo económico propio, basado en la cultura comunitaria y en el espíritu emprendedor. En Euskadi Hemos tenido la capacidad de ser creadores de capital social”.
Barandiaran esbozó un modelo de abertzalismo “abierto”, manteniendo nuestras características propias, pero siendo capaces de adaptarnos y leer nuevas situaciones. Recalcó que para repartir la riqueza y apostar por la justicia distributiva “es preciso crear riqueza. La administración no puede resolver todo”.
Concretó esas características propias, que a su juicio son “el esfuerzo, el conocimiento, la tecnología y toda una serie de valores ligados al compromiso colectivo y a la capacidad de emprendizaje”.
Al hilo de los procesos de Cataluña y Escocia, afirmó que el debate identitario ha quedado al margen derivando “hacia posiciones instrumentales. Nuestra sociedad no es fija ni estática, está cambiando”. En ese escenario, considera necesario que Euskadi “cree un discurso universal basado en las nuevas tecnologías y en la conexión con otras culturas. De lo contrario corremos el riesgo de convertirnos en una cultura marginal”.
En la misma clave de futuro, según Barandiaran urge educar a las nuevas generaciones en valores y cimientos éticos sólidos y recuperar el sentido de comunidad, frente a posiciones más individualistas que son las que están imperando. “El nosotros frente al yo. Juntos somos más fuertes”.
Concluyo alertando de la desvinculación y el alejamiento crecientes de la sociedad hacia la política, ante la que opina que “hay que dedicar todos los esfuerzos a regenerar la actividad política volviendo a conectar con la sociedad”. Regeneración que, a su juicio, únicamente vendrá si se hace “desde la base y desde los municipios”.
